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El camino de peregrinación al Santuario de Ntra. Sra. de Argeme discurre paralelo a la vera del río Alagón, a través de los fértiles campos de regadío que ofrece la Vega de Coria.
El peregrino podrá disfrutar de un agradable y cromático paisaje que se inicia justo en el Puente de Hierro (1901-1909), en un primer tramo que nos conduce por la ladera del Cerro de las Lagunillas que, abruptamente, cae sobre el plácido cauce fluvial que adorna sus orillas con un frondoso bosque de ribera compuesto por chopos, sauces, fresnos, alisos, junqueras y espadañas; arboleda que se vuelve a repetir a su paso por el arroyo de Valderrey.
Bella estampa que contrasta con las ricas tierras de regadío que ofrecen, a lo largo de las diversas estaciones del año, un matiz de tonalidades ocres, verdes y rojizas tomadas de sus más preciados cultivos: maíz, tabaco, tomates y pimientos.
Más, no debe marcharse el infatigable viajero, sin visitar el popularmente conocido “Mirador de Argeme”: balcón natural sobre las hoces del río Alagón abierto a la contemplación de la rica flora de ribera y de los fecundos cultivos que ofrece la productiva tierra de vega; elementos ambos, que aportan un variado colorido panorámico en las distintas estaciones del año.
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